Según una antiguo cuento, la persona que hoy la mezquita lleva su nombre, Mulay el-Mekki, se mudó a Rabat después de dejar a su familia, la de Chorfa de Ouazzán, trás un conflicto con sus hermanos. Si se considerara fiable a este cuento, Mulay el Mekki habrá curado a un rico comerciante de origen andalusí de una enfermedad incurable. A cambio, y para agradecerle, el comerciante le dio su casa. La casa estaba cerca de un pequeño santuario donde Mulay el Mekki solía ir a orar y donde fue enterrado tras su muerte en 1731. Este oratorio, que luego llevó su nombre, sirvió más tarde de zaouïa a la cofradía de Touhamiín y se convirtió en una mezquita en 1907.